Muchos niños y familias inmigrantes y refugiados experimentan el estrés del reasentamiento mientras intentan hacer una nueva vida por sí mismos. Muchas familias luchan para llegar a fin de mes, a menudo los niños inmigrantes y refugiados son, en consecuencia, responsables de cuidar a sus hermanos menores, mientras que los padres luchan para llegar a fin de mes. Esto se debe pero no se limita a: Factores de estrés financiero, Barreras del idioma, Dificultades para encontrar una vivienda adecuada, Dificultades para encontrar empleo, Pérdida de apoyo comunitario, Falta de acceso a recursos y Dificultades de transporte. Estos desafíos exponen a los niños inmigrantes y refugiados a la delincuencia. Se cree que la delincuencia juvenil y el crimen juvenil ocurren más en áreas donde los niños sienten que deben cometer delitos para prosperar. El robo y delitos similares en realidad pueden ser el resultado de la necesidad y no solo de un delito menor. A través del Programa de Nutrición Familiar, brindamos servicios familiares completos para apoyar a las familias inmigrantes y refugiadas para asegurarnos de que los niños de estas comunidades tengan acceso a lo que necesitan y entiendan que no tienen que cometer un delito para salir adelante en la vida.