La influencia de los padres o de los adultos es el factor más crítico para disuadir a la delincuencia. Un niño necesita vincularse con un buen adulto que influya en sus acciones y le muestre la diferencia entre el bien y el mal. Trabajamos con familias inmigrantes y refugiadas para aumentar el apoyo para el aprendizaje de los niños en el hogar, empoderar a los padres y mejorar el bienestar familiar. Dirigir las actividades del programa y brindar oportunidades para la participación familiar.
 

Nuestro programa también beneficia a los niños con un mejor desarrollo cognitivo y rendimiento académico, mejor desarrollo socioemocional, mejor salud, construcción de relaciones personales, respeto y comprensión mutua con las familias a través de visitas domiciliarias, caminatas comunitarias y reuniones de clase.